Os cuento un poco de que va ANTOLOGÍA SIN FILTRO, aunque creo que es bastante fácil de adivinar. El título se divide en dos partes, ambas muy definitorias del concepto del show para que no os tengáis que romper la cabeza. Lo de ANTOLOGÍA es porque es una recopilación de los mejores monólogos de mis tres últimos espectáculos, principalmente del último, “El umbral de la estupidez”, por dos razones, una: porque es el que hice cuando ya no estaba en la tele y vinisteis muchos menos a verme. Y dos: Porque los monólogos más viejos (El día en el que empecé a odiar los yogures, ¡Y un condón por si pillo!) los he interpretado tantas veces que ya no me hacen gracia A MÍ. Y si yo no le pongo ganas, la cosa no funciona. Lo de SIN FILTRO es porque no hay filtro, no me he parado a pensar si lo que digo puede ofender a alguien o no. Hay que entender que somos todos mayorcitos y estamos en un contexto cómico, que la gente se escandaliza por nada y eso no puede ser. A mí me gusta tocaros un poco las pelotas para que abráis la cabecita. Lo siento.

La idea surge de que llevo doce años actuando y he notado que a mis chistes les empiezan a salir pelos en los huevos. De ahí también lo merecido de hacer una ANTOLOGÍA, (con los mismos años de carrera Bisbal lleva tres) y lo necesario de que sea SIN FILTRO.

Más o menos eso es todo. Ah. También hay unos veinte minutos nuevos basados en vivencias sexuales reales y en fracasos sentimentales, porque no tengo tanto morro de repetir todo. A lo viejo también le he dado una vuelta. Es un poco más salvaje ahora. Esto es debido al clima de crispación que se respira en la sociedad. A mí no me culpéis. Pero no vengáis con nenes, un poco de cabeza. Que parecéis nuevos. En cuanto a la temática: Odio a veganos, liposucción, asesinar a los directores de la teletienda, drogas legales para niños, extinguir a los linces, hablar de sexo con tus suegros, atentar en aviones, anticonceptivos y en general cualquier cosa de la que no me dejan escribir humor en la tele. Que se note el cambio de medio.

Se dicen palabrotas. Pero no hay ninguna que no conozcáis de antes. Hale, comprad la entrada que luego me veis por ahí borrachos y me dais la chapa. Me lo merezco. Por favor.