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29 de enero de 2014

Coruña21 estrena circuito y homologación

La adaptación del circuito de Coruña21 nos permitirá disfrutar de una carrera sin doblajes, sin embargo eso supone una serie de tareas. ¿Qué es una homologación de una carrera y cómo se realiza? Jorge Blanco, Juez Árbitro Nacional de la RFEA y Homologador Internacional de Ruta de la IAAF nos resuelve las dudas

Es un certificado que da la Real Federación Española de Atletismo (RFEA) y que garantiza que una determinada carrera mide la distancia reglamentada. Una carrera en Ruta está homologada únicamente cuando tiene este certificado de la RFEA, que es el único organismo en España que puede emitirlo. Las Federaciones Territoriales no homologan nunca, solamente funcionan como intermediarias entre la petición de un Organizador para que su prueba sea homologada (petición que debe ser aceptada por la Federación Territorial correspondiente) y la RFEA

Las distancias que normalmente son susceptibles de ser homologadas son las que marca el Reglamento Internacional, es decir, 10 Km., 15 Km, 20 Km, Media Maratón, 25 Km, 30 Km, Maratón y 100 Km. En España también son homologables, a veces, las distancias de 1 Milla y 5 Km. En general, aquellas distancias en las que las marcas son consideradas válidas oficialmente para aceptarlas en ranking y como mínimas para Campeonatos, Récords, becas y similares.

De todas ellas las más habituales son 10 Km., Media Maratón y Maratón, que son las competiciones que suelen tener Campeonatos específicos y con las que habitualmente se confeccionan ranking,

Únicamente las marcas conseguidas en pruebas oficiales de Atletismo (es decir, que estén en el Calendario Oficial de una Federación Territorial, de la RFEA o de la IAAF (Federación Internacional de Atletismo) y que estén homologadas por la RFEA son consideradas como válidas. Otro tipo de competición que no cumpla estos requisitos no se considera como atletismo oficial y las marcas no son reconocidas.

De todo esto se deduce que la homologación de una carrera en Ruta es un proceso necesario e imprescindible para aceptar como válidas las marcas de pruebas en Ruta, a efectos oficiales.

¿Cómo se homologa una carrera en Ruta?

Según el Reglamento Internacional el único método válido es el de la bicicleta calibrada (con un contador Jones aplicado en la rueda delantera). Otros sistemas de medición no son aceptados por ser más imperfectos, aunque su tecnología aparentemente pueda parecer más precisa que la de un ciclista pedaleando.

Veamos un poco el porqué de este método de la bicicleta calibrada:

  • Un ciclista a la velocidad adecuada (10 a 15-18 Km/hora) en su recorrido por la zona de carrera es lo más parecido a un corredor, pues puede hacer exactamente el mismo trayecto que él, asumiendo las irregularidades del terreno, siguiendo la trazada adecuada, ajustando lo preciso en las curvas, etc. Además la bicicleta calibrada permite la precisión de hasta un milímetro en la distancia. Y se maneja a una velocidad similar a la de un corredor, lo que hace razonable el tiempo empleado para realizar una homologación.
  • Una rueda de medir, aunque pueda servir para dar una primera aproximación para una carrera, no es válida. Por una parte no permite seguir una trayectoria exacta, pues la dificultad de llevarla a mano conlleva el ir haciendo “eses”, es casi imposible llevarla recta cuanto esto sea preciso. Además la rueda suele ser maciza, con lo cual no absorbe las irregularidades del suelo y va “dando botes” sobre el terreno falseando la medición. Aparte esto, la precisión de estos aparatos no es inferior, en el mejor de los casos, a 10 centímetros. Y al igual que la bicicleta (como veremos un poco más adelante), precisa de un calibrado previo, cosa que normalmente no se hace por no disponer del entorno previo adecuado. Añadamos que, al ser llevada a mano, prolonga enormemente el tiempo de medición (imaginemos un maratón medido llevando una rueda a pie durante nueve horas o más…).

Visto esto, ¿cómo funciona una bicicleta calibrada?

El instrumento que se utiliza es el contador Jones (ver foto 2) acoplado a la rueda delantera en su eje, que es la rueda que mide. Dicho contador (ojo, no confundir con los cuentakilómetros que se acoplan a los radios de una bicicleta y que también sirven para medir distancias pero menos aproximadas) no mide distancias sino que lo que hace es dividir la longitud de la circunferencia de la rueda delantera en un determinado número de partes, normalmente en 36. Por lo tanto en dicho contador solamente se reflejan una sucesión de números que avanzan consecutivamente pero que no se corresponden con metros u otra unidad de medida, sino con porciones de longitud de la circunferencia de la rueda delantera.

De este modo si se mide la distancia desde un punto A hasta otro B, en el contador leemos únicamente que se han recorrido X números. ¿Cómo sabemos a qué distancia equivale esta medición en números? Para ello tenemos que haber hecho, antes de ponerse a medir, un proceso que es la clave de la homologación: calibrar la bicicleta.

¿Cómo se calibra una bicicleta?

Una vez que el contador está ubicado en la bicicleta, ajustada la presión de la rueda delantera a los deseos del homologador (normalmente bastante alta de presión, para evitar en lo posible alteraciones del diámetro de la rueda delantera por la variación de temperatura al rodar) y preparado el homologador con el peso que va a llevar en la medición (ropa y otros complementos, para que el peso sobre la rueda no varíe), se hace pasar la bicicleta un mínimo de 4 veces sobre una distancia muy precisa previamente preparada, llamada “base de calibrado”, que normalmente tiene entre 300 y 500 metros, y es totalmente en línea recta y sin ninguna pendiente, con precisión de hasta 1 milímetro. La confección de esta “base” es un proceso muy complejo que normalmente se hace con cinta métrica de acero, dinamómetro para mantener la tensión de la cinta, medidor de temperatura del suelo para ver la dilatación de la cinta, etc., Con estas 4 pasadas se obtiene un número uniforme de contador llamado “constante de precalibrado” De este modo se “calibra” la bicicleta, es decir, se sabe a priori cuántos números de contador son precisos para medir un kilómetro. Es una sencilla regla de tres aritmética.

Así, con esta “constante” que se ha calculado, en la medición hecha desde A hasta B se pueden traducir los números que ha reflejado el contador y convertirlos en una distancia exacta en metros, hasta una aproximación de milímetros.

Pero ésta no es aún una medición final. Como puede haber habido una variación del diámetro de la rueda delantera medidora (por el aumento de temperatura del aire interior debido al rodar y la consiguiente dilatación de la rueda, por la diferencia de temperatura que puede haber en el suelo desde que se sale de A hasta que se llega hasta B, por un cambio brusco de las condiciones climáticas ambientales…), tras medir desde A hasta B hay que proceder de nuevo a hacer otras 4 pasadas mínimo sobre la “base de calibrado”. De este modo obtenemos una nueva “constante”, llamada “constante de post calibrado”. Y haciendo una media ente ambas “constantes”, la “pre” y la “post”, obtenemos la “constante final”, que es la que se usa para saber exactamente la distancia que hay desde A hasta B.

Si por el contrario lo que se quiere es marcar una distancia exacta para una carrera, por ejemplo una Maratón, lo que se haría sería calcular cuántos números de contador se necesitan para saliendo desde A completar un Maratón. Para ello se partiría de la “constante de precalibrado” y se calcularían los números de contador necesarios para completar el Maratón. Le aplicaríamos luego la “constante final”, tal como se dijo antes y con la corrección que salga se determinaría el punto exacto final para homologar el Maratón.

¿Qué criterios se usan a la hora de medir con la bicicleta calibrada?

Son los siguientes, según el Reglamento Internacional:

  1. La distancia final medida nunca podrá ser inferior a la oficial que se quiere homologa.
  2. Se medirá por el camino más corto posible que un corredor pueda seguir dentro de la sección de carretera que se le permita utilizar en la carrera. Como en una pista de atletismo, se medirá a 30 cm. de las aceras o bordillos, si los hay, o si no a 20 cm. del borde exterior de la calzada.
  3. Para evitar que el circuito quede corto en una futura posible remedición de la carrera (por ejemplo, si en caso de récord la Federación correspondiente quiere comprobar a posteriori que el circuito cumple con la distancia), se recomienda incluir un factor de prevención de recorrido del 0´1% a la hora de medir. Es decir, que un kilómetro mide en realidad 1.001 metros. Esto no quiere decir que se le añadan 10 metros a una carrera de 10 kilómetros, por ejemplo, sino que desde el principio se mide con la bicicleta calibrada preparada de tal forma que un metro no sea de 1.000 milímetros, sino de 1.001 milímetros. O sea, que desde el primer metro de medición se va aplicando el criterio de prevención del 0´1%.

Cualquier otro instrumento (rueda, bicicleta con cuentakilómetros, etc.) que se quiera emplear para hacer una medición previa muy aproximada (no una homologación, que sólo sirve con el contador Jones) debe ser siempre también calibrado, de lo contrario el margen de error puede ser grande.

 

Puedes descargar el documento en el siguiente enlace:

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  • Homologaciones de distancia de carreras en ruta (462 KB)

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