Hay fotógrafos que prefieren llamarse amateur, vocablo francés que en una de sus acepciones, es el de amante. Es decir, no aficionado a la fotografía y sí amante de la fotografía. La fotografía es un arte y como tal, es la expresión de libertad del autor. Libertad que Javier nos brinda en esta ópera prima, donde sus fotografías aparecen como veladuras de su mundo interior y su pasión por la luz, de la bús­queda efectista y sentida de motivos con momentos de tensión por otros de sole­dad.

El se describe como alguien que vaga, anda y piensa libremente sin una finalidad ni un destino determinado. La técnica es el primer eslabón a superar y el motivo, el instante, la fuerza de su mensaje. Escondi­do a veces, otras discreto e impregnado de una timidez sin tapujos , dispara!.

Le delatan sus perspectivas y posicio­nes de tiro, no queriendo ser visto para ver mejor. Le acompaña el claro oscuro y los contrastes, realzando sombras y fon­dos. El color pasa por su tamiz personal, explorando y experimentando esa bús­queda infinita de armonía y equilibrios cromáticos.

Esta selección que nos presenta, pre­tende jugar a los opuestos de manera or­gánica. Nos invita a una poética visual de conjunto, un mensaje de transformación, de cambio y continuum.