Un espectáculo para descubrir lo grande que puede ser alguien pequeño y lo pequeñas que pueden llegar a ser las grandes cosas, que casi no ocupan espacio.
María Catalina Rosario Nadiña Pequeña, Macarrona para sus hermanos, Nadina Pequena para la mayor parte de la gente, y, como su nombre indica, pequeña.
Hay pequeñas que son gigantes, como Barbadac, la ogresa, hija del ogro que guardaba su tesoro de las botas de siete leguas hasta la llegada de Polegariño. Barbadac escogió no guardar tesoros, sino compartilos, como Petipuá, la pulga artista, que quiso llevar su espectáculo a todas partes do mundo, incluída la Isla de los Salvajes, y demostró que no hay límites ni fronteras para conseguir lo que deseas, ni siendo pequeña coma una pulga. Y hay más pequeñas con una imaginación grande, como Nadiña, que es quien nos cuenta las historias de Barbadac y de Petipuá, quien nos las representa con bailes, canciones, alegría y una fuerza enorme. Hay grandes pequeñas y grandes pequeños, tan grandes que pueden cambiar el mundo a su manera.
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