¿Puedes encontrar en un cactus el sentido de la vida? Agustín es un desastre. A los 37 años, vive de okupa en casa de sus ancianos y achacosos padres, su novia lo ha dejado, y se contiene tan poco al insultar a sus alumnos en las clases de literatura como al agarrar la botella y el volante casi sin margen de tiempo. Por eso, cuando es despedido tras su enésima locura y está a punto de tirarse él mismo por la borda con todo lo que ha arrojado ya, decide aceptar un plan tan demencial que sólo puede funcionar: marcharse durante el verano a la Universidad de Stanford, en California, para seguir un curso sobre cactus.

Viaja a Estados Unidos con un humor de perros pero algo en el suelo californiano pronto va a serenarlo, quizá sólo dándole un poco de perspectiva para una vida que, eso sí, parece inmune a cualquier objetivo a medio o largo plazo. Conoce a sus compañeras de curso, media docena de saludables y jóvenes universitarias que pronto lo adoptan como su mascota, coqueteando con él de modo muy adolescente, y a su profesora Cynthia, una mujer impredecible y temperamental. La nueva vida de Agustín parece marchar bien, sobre ruedas y al volante de un gran coche que le permite visitar centros comerciales y empaparse de la luminosa vida californiana... pero no es oro todo lo que reluce y la coraza cínica del antihéroe invitará a la risa pero también a la amargura y la melancolía.

RODRIGO MUÑOZ AVIA (Madrid, 1967) publicó en 2005 su primera novela para adultos Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos (Alfaguara), acogida con notable éxito por los lectores y reeditada en múltiples ocasiones. Ha publicado además las novelas juveniles Lo que no sabemos (Alfaguara Juvenil, Premio Jaén 1996) y El portero de hockey, y las novelas infantiles Julia y Gus visitan el top manta y Los perfectos (Premio Edebé de Literatura Infantil 2007).

Como guionista de cine colabora asiduamente con su hermano Nicolás Muñoz; en este campo destaca con los guiones del largometraje Rewind (1998), del documental El viaje de Susu (2003) y del largometraje en fase de producción Animales de compañía (2007).

En las últimas fechas ha realizado la labor de compilación e introducción de dos libros especialmente queridos para él, uno sobre su mejor amigo, un alpinista fallecido en el Himalaya en el 2001 (Alfonso Vizán, un pirata en la montaña, 2004) y otro sobre los escritos que dejó su padre (Lucio Muñoz, el conejo en la chistera, 2006). Igualmente ha publicado diversos estudios de arte contemporáneo, fundamentalmente sobre la obra de Lucio Muñoz.