Impartido por: Fran Rei y Pedro Brandariz (de la compañía Os Sete Magníficos Máis Un)

La combinación de clown de calidad y la promoción del gallego será una cápsula explosiva, algo novedoso, que ayude a la gente joven a cubrir sus necesidades comunicativas a la hora de explorar el mundo de un modo diferente: con humor y en gallego.

Se trata de que la gente joven sepa que en gallego se puede hacer teatro de calidad, que también se puede hacer reir, que pueden crear personajes propios en nuestra lengua, lo que les va a dar una nueva perspectiva a la hora también de comunicarse, ya que les puede valer como una puerta abierta a expresarse en gallego en más situaciones. Sin duda, el hecho de el idioma sea una parte imprescindible de este taller hará que los/las participantes lo vean no sólo como algo que se suele estudiar en las aulas, sino algo vivo, dinámico y con la capacidad de poder dar el salto a emplearlo en su día a día.

Buscaremos juegos de palabras cómicos, improvisaciones a partir de expresiones tradicionales gallegas, la comicidad de determinados aspectos de la lengua…, lo que le otorgará al gallego nuevas posibilidades, en este caso cómicas, que los chicos y chicas puedan hacer suyas, compartirlas en su entorno y, finalmente, representarlas en un escenario.

Contenidos y objetivos:

• El/la pallaso/a que libera.

Proponemos jugar a ser cualquer personaje, pueder hacer cualquer cosa. La gestión de nuestro ridículo y del ridículo de los demás es una de las herramientas teatrales más poderosas que existen. A través de los diferentes juegos de concentración y ejercicios de habilidades estúpidas de cada uno/una (gestos exagerados, ruídos extraños, movimientos especiales, etc.) y siempre buscando el placer -como los/las niños/as cuando juegan- iremos descubriendo donde está nuestro placer y nuestro clown.

• Juegos de complicidad y sensibilidad

En el clown es muy importante la complicidad con los demás en escena. En todo momento debemos saber e intuír cuando tenemos el foco y cuando lo recoge nuestro compañero o nuestra compañera.

• El placer de ser ridículos/as

Todos/as, sin lugar a dudas, somos ridículos/as. Llega con observar nuestra vida diaria para reconocer las situaciones más ridículas que uno/una pueda imaginar. En este taller trataremos de descubrir ese ridículo y de aprender a recurrir a él conscientemente, divirtíendose y, sobre todo, divirtiendo al público.

• Jugar a saber lo que no sabemos

Si le preguntamos a un niño o a una niña si sabe hablar chino, cantar ópera, alguna llave de karate o desfilar como un modelo, seguramente nos contestará que si. Del mismo modo, el/la clown siempre pretende saber hacer de todo, su optimismo no tiene límites, como los/las niños/as antes de que llegue la vergüenza, los complejos y el sentido del ridículo, es decir, cuando se van haciendo adultos/as.