Los impulsores del proyecto, Brett Anderson y Bernard Buttler, lo dejaron todo claro nada más asomar la cabeza.
Su disco de debut, “Suede” (1993), nacía con una misión: crear histeria, ofrecerle himnos a una generación y bañarla de su felino romanticismo. Por un lado heredaban el lado glam-rock de David Bowie. Por otro recogían una buena parte de la afectación de The Smiths. De esos dos polos brotaron canciones como “So Young”, “Aninal Nitrate” o “Metal Mickey” que hoy forman parte imprescindible de cualquier lista de éxitos de la era. Luego llegaría su obra maestra, “Dog Man Star” (1994) y poco después su consagración con “Coming Up” (1996).
Ahí se convirtieron en un grupo de masas, arrasando en ventas y llevándose la cabeza de cartel de los festivales de medio mundo. En el 2003 decidieron retirarse, dejando un gran vacío en el firmamento pop. Ellos mismo se han ocupado de volverlo a llenar con su esperada reunión y un disco una década después, “Bloodsports”, que los ha devuelto a la primera línea. Su actuación en el Noroeste Pop Rock, posiblemente el concierto de rock más importante
del verano en Galicia, servirá para confirmar una vez
más su grandeza.