Existen muchas formas de consumir estas sustancias, formas de las que dependerán los efectos y consecuencias posteriores al consumo, cuyo control será de vital importancia para reducir sus riesgos. Tiene que ver con:
Consumo experimental
Corresponden a las situaciones de contacto inicial con una o varias sustancias, de las que puede pasarse a un abandono de la misma o a la continuidad en los consumos. En la práctica totalidad de las realidades culturales, la adolescencia es la etapa en que con mayor frecuencia surgen este tipo de consumos, si bien un alto porcentaje no reincide en el mismo.
Normalmente, definen este tipo de consumo situaciones en las que el individuo desconoce los efectos de la sustancia y su consumo se realiza, generalmente, en el marco de un grupo que le invita a probarla.
Consumo ocasional
Corresponden al uso intermitente de la sustancia, sin ninguna periodicidad fija y con largos intervalos de abstinencia.
El sujeto continúa utilizando la sustancia en grupo. Aunque es capaz de llevar a cabo las mismas actividades sin necesidad de mediar droga alguna; ya conoce la acción de la misma en su organismo y por ese motivo la consume.
Consumo habitual
Supone una utilización frecuente de la droga. Esta práctica puede conducirle a las otras formas de consumo, dependiendo de la sustancia que se trate, la asiduidad con que se emplee, las características de la persona, el entorno que le rodea, etc.
El sujeto amplía las situaciones en las que recurre a las drogas, que se usan tanto en grupo como de manera individual; sus efectos son perfectamente conocidos y buscados por el usuario.
Consumo compulsivo o drogodependencia
El individuo necesita la sustancia y toda su vida gira en torno a ella a pesar de las complicaciones que ello le puede ocasionar. Algunos indicadores de esta forma de consumo son:
Policonsumo
Aunque existe, no es frecuente entre consumidores de drogas la utilización de una única sustancia. La pauta más habitual es el consumo combinado de diversas drogas. A menudo, se trata de consumos combinados a lo largo de un mismo período de tiempo. Por ejemplo, se pueden beber cantidades excesivas de alcohol, fumar un paquete de cigarrillos, compartir un par de porros y esnifar una rayita de cocaína, todo en un mismo fin de semana. Las combinaciones posibles son numerosas.
También hay personas que consumen diversas sustancias, de manera variablemente habitual, aunque no realicen tantas mezclas en un período tan corto.
En todo caso, se trata de una pauta de consumo que multiplica los riesgos asociados a las diversas sustancias.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que no existe ninguna forma de consumo de la que estemos seguros con anticipación que no va a suponer riesgos y que estos riesgos no sólo dependen de las sustancias y sus características, sino también de la persona (personalidad, edad, problemática personal, estado de salud...) y del ambiente en el que se consuma (momento, lugar, compañía...)
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